Hawaii, un sueño hecho realidad.
Para muchos, visitar Hawaii siempre ha sido un sueño, por supuesto, nosotros nos incluimos dentro de él. Jamás en nuestra vida nos habíamos imaginado visitando la Polinesia, pero está claro que este era el momento.
Para venir a Estados Unidos, habíamos tenido que casarnos ya que las parejas de hecho no son válidas para obtener el visado J2 que le hacía falta a David. Todo fue muy deprisa, así que ni mucho menos tuvimos tiempo de planear un viaje de novios.
Ahora bien ... ya que estamos en la costa oeste ... ¿Por qué no nos damos un capricho? ¿y si planeamos unas navidades diferentes a lo habitual? ¡Qué narices! Habíamos trabajado muchísimo para llegar hasta aquí, así que no nos lo pensamos dos veces y decidimos gastarnos el poco dinero que nos quedaba en unas fantásticas vacaciones de Navidad en Hawaii.
Teníamos 15 días, por lo que decidimos visitar tres de las islas más importantes del archipiélago. En primer lugar, decidimos pasar tres días en Oahu, ya que es la capital y la mayoría de los vuelos pasan por aquí. Otras islas tienen muchos más atractivos que esta, ya que al ser la capital, está mucho más masificada de turistas que buscan sol y playa, pero nosotros solo buscábamos descansar un poco, así que esta podía ser una gran opción. Celebraríamos la cena de Nochebuena en Waikiki Beach, así que tenía que ser algo especial.
Después, viajaríamos a la isla de Kauai, conocida como la Isla Jardín por sus maravillosos paisajes selváticos. Aquí pasaríamos 4 días, tiempo suficiente para visitar toda la isla con tranquilidad, hacer buceo y alguna actividad más que teníamos planeada. Por último, visitariamos la isla más grande del archipielago y que le da nombre al mismo: Hawaii, también conocida como Big Island. Aquí se encuentra el volcán más activo del mundo, por lo que sólo eso, ya podía ser un motivo más que suficiente para viajar a Hawaii. Al ser la isla más grande, decidimos pasar 7 días para recorrerla bien y empaparnos de la cultura Aloha que la rodea.
Para los que no les guste leer, aquí os dejamos el video resumen de nuestras aventuras:
Para muchos, visitar Hawaii siempre ha sido un sueño, por supuesto, nosotros nos incluimos dentro de él. Jamás en nuestra vida nos habíamos imaginado visitando la Polinesia, pero está claro que este era el momento.
Para venir a Estados Unidos, habíamos tenido que casarnos ya que las parejas de hecho no son válidas para obtener el visado J2 que le hacía falta a David. Todo fue muy deprisa, así que ni mucho menos tuvimos tiempo de planear un viaje de novios.
Ahora bien ... ya que estamos en la costa oeste ... ¿Por qué no nos damos un capricho? ¿y si planeamos unas navidades diferentes a lo habitual? ¡Qué narices! Habíamos trabajado muchísimo para llegar hasta aquí, así que no nos lo pensamos dos veces y decidimos gastarnos el poco dinero que nos quedaba en unas fantásticas vacaciones de Navidad en Hawaii.
Teníamos 15 días, por lo que decidimos visitar tres de las islas más importantes del archipiélago. En primer lugar, decidimos pasar tres días en Oahu, ya que es la capital y la mayoría de los vuelos pasan por aquí. Otras islas tienen muchos más atractivos que esta, ya que al ser la capital, está mucho más masificada de turistas que buscan sol y playa, pero nosotros solo buscábamos descansar un poco, así que esta podía ser una gran opción. Celebraríamos la cena de Nochebuena en Waikiki Beach, así que tenía que ser algo especial.
Después, viajaríamos a la isla de Kauai, conocida como la Isla Jardín por sus maravillosos paisajes selváticos. Aquí pasaríamos 4 días, tiempo suficiente para visitar toda la isla con tranquilidad, hacer buceo y alguna actividad más que teníamos planeada. Por último, visitariamos la isla más grande del archipielago y que le da nombre al mismo: Hawaii, también conocida como Big Island. Aquí se encuentra el volcán más activo del mundo, por lo que sólo eso, ya podía ser un motivo más que suficiente para viajar a Hawaii. Al ser la isla más grande, decidimos pasar 7 días para recorrerla bien y empaparnos de la cultura Aloha que la rodea.
Para los que no les guste leer, aquí os dejamos el video resumen de nuestras aventuras:
Y para los que sí les gusta leer ... en fin, vayamos poco a poco:
oahu
DÍA 1:
Cuando llegamos a la capital, Honolulu, era ya la tarde de nuestro primer día, así que entre encontrar las maletas, encontrar el hotel y encontrarnos a nosotros mismos en la ciudad, se nos hizo de noche. No hay que confundir Honolulu, ciudad cualquiera del mundo, con casas altas y bajas y personas ricas y pobres andando por la calle, vamos como cualquier ciudad, con Waikiki Beach. La zona de Waikiki digamos que es la más famosa por su magnífica playa. Grandes complejos hoteleros se levantan al borde de la playa para ofrecer al turista todos los lujos que desee tener y, claro está, a un precio no demasiado bajo. Habíamos reservado un hotel no masiado ostentoso (aunque tampoco barato la verdad) para lo que hay por la zona, de manera que cuando nos habíamos acomodado ya se nos había hecho de noche. Nos quitamos los abrigos que traiamos de Utah, nos pusimos el pantalón corto y nos fuimos a dar una vuelta por la zona de la playa antes de acabar nuestro primer día en la isla.
Cuando llegamos a la capital, Honolulu, era ya la tarde de nuestro primer día, así que entre encontrar las maletas, encontrar el hotel y encontrarnos a nosotros mismos en la ciudad, se nos hizo de noche. No hay que confundir Honolulu, ciudad cualquiera del mundo, con casas altas y bajas y personas ricas y pobres andando por la calle, vamos como cualquier ciudad, con Waikiki Beach. La zona de Waikiki digamos que es la más famosa por su magnífica playa. Grandes complejos hoteleros se levantan al borde de la playa para ofrecer al turista todos los lujos que desee tener y, claro está, a un precio no demasiado bajo. Habíamos reservado un hotel no masiado ostentoso (aunque tampoco barato la verdad) para lo que hay por la zona, de manera que cuando nos habíamos acomodado ya se nos había hecho de noche. Nos quitamos los abrigos que traiamos de Utah, nos pusimos el pantalón corto y nos fuimos a dar una vuelta por la zona de la playa antes de acabar nuestro primer día en la isla.
DÍA 2:
A la mañana siguiente, amaneció nublado y lloviendo .... Queriamos ir a la playa de Waikiki a darnos un baño y descansar, así que nos pusimos el bañador a toda costa y salimos a pasear un rato. Por suerte, la lluvia no duró mucho y acabamos bañándonos en la playa como estaba previsto.
La playa de Waikiki no es, ni mucho menos, la más bonita de las islas, pero sí que es la más grande, por lo que todos los hoteles pueden hacer su negocio.
La temperatura era de lo más agradable, ya que no hace un calor insoportable como en muchas de las playas de España. Los termómetros rondaban los 25 grados, así que pasamos el día dando paseos por la zona comercial y en la playa. Relax total.
A la mañana siguiente, amaneció nublado y lloviendo .... Queriamos ir a la playa de Waikiki a darnos un baño y descansar, así que nos pusimos el bañador a toda costa y salimos a pasear un rato. Por suerte, la lluvia no duró mucho y acabamos bañándonos en la playa como estaba previsto.
La playa de Waikiki no es, ni mucho menos, la más bonita de las islas, pero sí que es la más grande, por lo que todos los hoteles pueden hacer su negocio.
La temperatura era de lo más agradable, ya que no hace un calor insoportable como en muchas de las playas de España. Los termómetros rondaban los 25 grados, así que pasamos el día dando paseos por la zona comercial y en la playa. Relax total.
El día llegaba a su fin y nos fuimos a dar otro paseo, ajenos a lo que nos esperaba ...
Nuestra primera puesta de sol en las islas fue absolutamente increíble, todo un espectáculo para la vista. Y es que no eramos capaces de imaginarnos siquiera las otras tantas maravillosas puestas de sol que nos esperaban ...
Nuestra primera puesta de sol en las islas fue absolutamente increíble, todo un espectáculo para la vista. Y es que no eramos capaces de imaginarnos siquiera las otras tantas maravillosas puestas de sol que nos esperaban ...
DÍA 3:
El último día en la isla era el día de Nochebuena. Teníamos en mente un plan especial: ibamos a ir a visitar el Polynesian Cultural Center, una especie de parque temático en el que se pueden conocer las distintas culturas de las islas más importantes de Polinesia: Tahiti, Samoa, Fiji, Aotearoa, Tonga y por supuesto Hawaii. Lo interesante de este parque es que las personas que ves allí no son bailarines o actores pagados por el parque, sino que todos ellos son integrantes de la cultura que representan, con el objetivo de enseñar sus tradiciones y no perder sus preciosas costumbres polinesias.
El último día en la isla era el día de Nochebuena. Teníamos en mente un plan especial: ibamos a ir a visitar el Polynesian Cultural Center, una especie de parque temático en el que se pueden conocer las distintas culturas de las islas más importantes de Polinesia: Tahiti, Samoa, Fiji, Aotearoa, Tonga y por supuesto Hawaii. Lo interesante de este parque es que las personas que ves allí no son bailarines o actores pagados por el parque, sino que todos ellos son integrantes de la cultura que representan, con el objetivo de enseñar sus tradiciones y no perder sus preciosas costumbres polinesias.
Como no teníamos coche, para llegar allí cogimos un autobús urbano desde Honolulu que tan solo cuesta 2$ y tarda 2 horas en llegar.
Pasamos el día en el parque recorriendo cada rincón y viendo espectáculos de cada una de las islas, todos ellos muy interesantes y curiosos: danzas típicas, trepadores de palmeras, danzas de guerra, cómo hacer fuego con palos, percusión ... un sinfin de cosas interesantes que ver.
Por la noche, la cena era tipo buffet, pero con comida típica de Hawaii y todo tipo de cócteles tropicales gratis, así que, como en cualquier cena de Navidad española, comimos hasta hartarnos y luego todavía comimos más y después nos comimos tres postres para bajar un poco la comida ;-)
¡Todo estaba super bueno!
Pasamos el día en el parque recorriendo cada rincón y viendo espectáculos de cada una de las islas, todos ellos muy interesantes y curiosos: danzas típicas, trepadores de palmeras, danzas de guerra, cómo hacer fuego con palos, percusión ... un sinfin de cosas interesantes que ver.
Por la noche, la cena era tipo buffet, pero con comida típica de Hawaii y todo tipo de cócteles tropicales gratis, así que, como en cualquier cena de Navidad española, comimos hasta hartarnos y luego todavía comimos más y después nos comimos tres postres para bajar un poco la comida ;-)
¡Todo estaba super bueno!
Casi sin poder movernos de todo los que habíamos comido, para acabar la noche disfrutamos del espectáculo "Breath of Life". Durante dos horas, nos impresionaron con increíbles danzas tribales, percusión y bailes con fuego para terminar así una increíble noche que había sido la guinda de un increíble comienzo de viaje.
Kauai
DÍA 4:
Después de un leve descanso en Oahu, volamos a la ciudad de Lihue en Kauai el día de Navidad. Aquí ya habíamos reservado un coche de alquiler para poder movernos por la isla con tranquilidad y conocerlo todo bien. Nada más bajar del avión, lo primero que nos sorprendió fue ver gallos y gallinas andando libremente por el aeropuerto ... bueno, será que se han escapado de alguna granja ...
Cogimos el coche de alquiler y emprendimos camino.
Como ya nos habíamos gastado mucho dinero en los vuelos y en Waikiki Beach, decidimos acampar estas noches para ahorrarnos algo de dinero, ya que acampar en Kauai costaba 3$ por persona y noche. En la isla existen varias zonas de acampada controlada en algunas de las playas más bonitas, así que seleccionamos los lugares que más nos gustaban y nos informamos sobre cómo pedir los permisos. La acampada allí no es como en España, que en cada camping tienes un puesto para pagar tu estancia, aquí tienes que pedir un permiso enviando el dinero por correo ordinario o buscar la oficina general y pagar al llegar. En el caso de que el día que llegueis a la isla esté cerrada la oficina, podeis acampar igualmente y cuando aparezca el ranger, posiblemente en mitad de la noche, tendréis que pagarle el doble del precio habitual (6$ por persona), pero no pondrán una multa a nadie por no tener permiso de acampada. Aquí os dejamos un enlace con la información de las zonas de acampada controlada en Kauai.
Después de un leve descanso en Oahu, volamos a la ciudad de Lihue en Kauai el día de Navidad. Aquí ya habíamos reservado un coche de alquiler para poder movernos por la isla con tranquilidad y conocerlo todo bien. Nada más bajar del avión, lo primero que nos sorprendió fue ver gallos y gallinas andando libremente por el aeropuerto ... bueno, será que se han escapado de alguna granja ...
Cogimos el coche de alquiler y emprendimos camino.
Como ya nos habíamos gastado mucho dinero en los vuelos y en Waikiki Beach, decidimos acampar estas noches para ahorrarnos algo de dinero, ya que acampar en Kauai costaba 3$ por persona y noche. En la isla existen varias zonas de acampada controlada en algunas de las playas más bonitas, así que seleccionamos los lugares que más nos gustaban y nos informamos sobre cómo pedir los permisos. La acampada allí no es como en España, que en cada camping tienes un puesto para pagar tu estancia, aquí tienes que pedir un permiso enviando el dinero por correo ordinario o buscar la oficina general y pagar al llegar. En el caso de que el día que llegueis a la isla esté cerrada la oficina, podeis acampar igualmente y cuando aparezca el ranger, posiblemente en mitad de la noche, tendréis que pagarle el doble del precio habitual (6$ por persona), pero no pondrán una multa a nadie por no tener permiso de acampada. Aquí os dejamos un enlace con la información de las zonas de acampada controlada en Kauai.
La isla no es muy grande, por lo que es muy fácil recorrerla en coche de punta a punta en menos de un día. Sin embargo, nosotros no teníamos ninguna prisa, así que pusimos rumbo hacia el norte para ir parando en todos los pueblos o playas que nos apeteciera.
La primera parada fueron las Wailua Falls, accesibles desde la propia carretera que bordea la isla. Las cascadas son bonitas, pero sinceramente, ya habíamos visto en otros viajes otras cascadas mucho más espectaculares, así que hicimos la correspondiente foto de rigor y nos fuimos a ver si encontrábamos una playa donde tirarnos al sol.
La primera parada fueron las Wailua Falls, accesibles desde la propia carretera que bordea la isla. Las cascadas son bonitas, pero sinceramente, ya habíamos visto en otros viajes otras cascadas mucho más espectaculares, así que hicimos la correspondiente foto de rigor y nos fuimos a ver si encontrábamos una playa donde tirarnos al sol.
El archipielago de Hawaii se podría considerar como la Meca del surf internacional sin ninguna duda. Surfistas de todas las edades y tamaños surcan las olas con una increíble habilidad, así que dedicamos una de nuestras paradas en otra playa cualquiera de Kauai a disfrutar de este deporte.
Se acercaba la hora de comer del día de Navidad y no teníamos ningún plan especial para la comida. De repente, llegamos a un chiringuito y vimos a mucha gente comiendo, así que pensamos que la comida sería buena. La sorpresa nos llegó cuando fuimos a preguntar el precio del menú y nos dijeron que por ser el día de Navidad ¡Todo era gratis! ¡Melekalikimaka! (Digo ... ¡Feliz Navidad!)
Así, sin haber planeado absolutamente nada para este día, pudimos disfrutar de una maravillosa comida en compañía de todos los locales de la zona de Kapaa.
Seguiamos viendo gallos y gallinas por todos los lados ... y esto ya nos empezaba a extrañar un poco...
Así, sin haber planeado absolutamente nada para este día, pudimos disfrutar de una maravillosa comida en compañía de todos los locales de la zona de Kapaa.
Seguiamos viendo gallos y gallinas por todos los lados ... y esto ya nos empezaba a extrañar un poco...
Continuamos nuestro camino hacia el norte de la isla, hacia Kilauea. Nuestra primera parada fue el faro de Kilauea, y desde allí continuamos en dirección a Princeville y Hanalei, disfrutando de las increíbles vistas desde los miradores que hay al borde de la carretera.
Acabamos la tarde disfrutando de las vistas del mar en la playa de Hanalei. Por supuesto, la puesta de sol de esa tarde estuvo a la altura de las anteriores.
Cuando se puso el sol, nos fuimos a Anini Beach Park, donde habíamos montado previamente la tienda de campaña para dormir. Se puede decir que el alumbrado en los pueblos y ciudades brilla por su ausencia, así que una vez que se pone el sol y las tiendas cierran no hay mucho más que hacer, por lo que decidimos acostarnos pronto para estar llenos de energía al día siguiente.
DÍA 5:
Cuando nos levantamos por la mañana, nos dimos cuenta de que ya llevábamos varios días en las islas y todavía no habíamos ido a bucear ninguno. Por ello, preguntamos cuál era el mejor sitio por la zona y nos fuimos para allí. Resulta que en la misma playa de Anini Beach hay una barrera de coral de baja profundidad y, por la configuración de la playa, no hay muchas olas, así que esa era una zona segura donde podíamos hacer nuestra primera visita subacuática. Como era la primera vez que buceábamos en Hawaii, a nosotros nos encantó, pero es que tampoco sabíamos bien lo que nos esperaba más adelante ...
DÍA 5:
Cuando nos levantamos por la mañana, nos dimos cuenta de que ya llevábamos varios días en las islas y todavía no habíamos ido a bucear ninguno. Por ello, preguntamos cuál era el mejor sitio por la zona y nos fuimos para allí. Resulta que en la misma playa de Anini Beach hay una barrera de coral de baja profundidad y, por la configuración de la playa, no hay muchas olas, así que esa era una zona segura donde podíamos hacer nuestra primera visita subacuática. Como era la primera vez que buceábamos en Hawaii, a nosotros nos encantó, pero es que tampoco sabíamos bien lo que nos esperaba más adelante ...
Continuamos el resto del día en dirección hacia el sur de la isla, parando en los pequeños pueblos que ibamos viendo de camino y en alguna que otra playa también. Nuestra primera parada fue la capital Lihue, ciudad que no tiene mucho que ver. Después vimos el pequeño municipio de Koloa, que a pesar de ser pequeño tiene mucho encanto. Además, es el acceso a la playa de Poipu, uno de los lugares preferidos de las tortugas marinas para poner sus huevos. La playa es muy bonita y tiene una isla central a la que se llega nadando que es el sitio predilecto por las tortugas. Sin embargo no tuvimos suerte y no pudimos ver ninguna a pesar de que estuvimos un buen rato buceando por allí.
Acabamos el día visitando el pequeño pueblo de Hanapepe de camino a la zona de acampada de Salt Pond Beach Park.
Acabamos el día visitando el pequeño pueblo de Hanapepe de camino a la zona de acampada de Salt Pond Beach Park.
DÍA 6:
Hoy teníamos reservada una excursión de 5 horas en catamarán con la empresa Holoholo Tours para conocer la costa de Napali, una auténtica maravilla de la naturaleza por sus increíbles acantilados. Nuestro barco salía desde la pequeña localidad de Port Allen, así que nos presentamos allí a primera hora de la mañana para conocer a la tripulación del barco. Por desgracia, nos comunicaron que hacía mucho viento y que el oleaje era muy fuerte, por lo que no podríamos dirigirnos hacia Napali, sin embargo, en la costa sur parece que el oleaje era menor y allí podríamos ver muchas cosas diferentes. En cuanto nos subimos al barco lo primero que vimos fue una manada gigante de Spinner Dolphins jugando a surfear las olas creadas por nuestro catamarán. Una experiencia preciosa de observar, la verdad. También vimos una gran tortuga marina nadando en el agua y varias ballenas jorobadas que practicamente podíamos alcanzar con la mano. Durante nuestra ruta por el sur de la isla también pudimos apreciar grandes acantilados formados por lava que crean un paisaje absolutamente irreal.
Hoy teníamos reservada una excursión de 5 horas en catamarán con la empresa Holoholo Tours para conocer la costa de Napali, una auténtica maravilla de la naturaleza por sus increíbles acantilados. Nuestro barco salía desde la pequeña localidad de Port Allen, así que nos presentamos allí a primera hora de la mañana para conocer a la tripulación del barco. Por desgracia, nos comunicaron que hacía mucho viento y que el oleaje era muy fuerte, por lo que no podríamos dirigirnos hacia Napali, sin embargo, en la costa sur parece que el oleaje era menor y allí podríamos ver muchas cosas diferentes. En cuanto nos subimos al barco lo primero que vimos fue una manada gigante de Spinner Dolphins jugando a surfear las olas creadas por nuestro catamarán. Una experiencia preciosa de observar, la verdad. También vimos una gran tortuga marina nadando en el agua y varias ballenas jorobadas que practicamente podíamos alcanzar con la mano. Durante nuestra ruta por el sur de la isla también pudimos apreciar grandes acantilados formados por lava que crean un paisaje absolutamente irreal.
Las vistas desde dentro del agua, no podían ser más mágicas ...
Así que paramos el barco en cualquier sitio para bucear un rato en una barrera de coral.
Durante todo el recorrido, la tripulación del barco se encargaba de proveernos toda la comida y bebida que nos pudiera apetecer, así que la experiencia moló un montón.
Después del tour, decidimos pasar lo que nos quedaba de tarde con tranquilidad en la playa de Salt Pond. Un poco de buceo, tumbarnos al sol (de repente aparece una foca monje a 30 metros tumbada a nuestro lado en la arena), un paseo tranquilo y ... por supuesto disfrutar de una increíble puesta de sol.
Después del tour, decidimos pasar lo que nos quedaba de tarde con tranquilidad en la playa de Salt Pond. Un poco de buceo, tumbarnos al sol (de repente aparece una foca monje a 30 metros tumbada a nuestro lado en la arena), un paseo tranquilo y ... por supuesto disfrutar de una increíble puesta de sol.
DÍA 7:
¡Me cago en ... los dichosos gallos que no nos han dejado dormir desde las tres de la mañana! ¡¡Estamos hartos!! Es que deben tener el reloj del despertador cambiado de hora ... ¿Pero por qué narices no se callan en toda la noche? Y es que encima hay por todos los lados, así que cuando no canta uno, canta el otro y cuando no el de más allá. ¡Lastima de tirachinas a mano!
Por lo visto, aquí e Kauai existe una población de gallos y gallinas que crecen en libertad y campan a sus anchas por toda la isla, lo que permite disfrutar de sus maravillosos e inoportunos cánticos a cualquier hora del día, y sobre todo de la noche. Pues no cantan solo al amanecer, por alguna extraña razón deleitan a sus habitantes con un sonoro concierto 3 horas antes del amanecer. La buena noticia, es que no hay palomas.
¡Me cago en ... los dichosos gallos que no nos han dejado dormir desde las tres de la mañana! ¡¡Estamos hartos!! Es que deben tener el reloj del despertador cambiado de hora ... ¿Pero por qué narices no se callan en toda la noche? Y es que encima hay por todos los lados, así que cuando no canta uno, canta el otro y cuando no el de más allá. ¡Lastima de tirachinas a mano!
Por lo visto, aquí e Kauai existe una población de gallos y gallinas que crecen en libertad y campan a sus anchas por toda la isla, lo que permite disfrutar de sus maravillosos e inoportunos cánticos a cualquier hora del día, y sobre todo de la noche. Pues no cantan solo al amanecer, por alguna extraña razón deleitan a sus habitantes con un sonoro concierto 3 horas antes del amanecer. La buena noticia, es que no hay palomas.
Después de disfrutar de la sinfonía nocturna, a la mañana siguiente (muy muy pronto por la mañana) nos dirigimos al Cañón de Waimea, otra de las maravillas de la isla que merece la pena recorrer. Sabíamos que al final de cañón se podía disfrutar de un mirador con vistas sobre Napali, una espinita que se nos había quedado clavada el día anterior. Desde el mirador, las vistas eran muy bonitas, pero no se podía disfrutar de la costa en todo su explendor, por lo que comezamos a barajar otras opciones para poder verla.
Después de darle muchas vueltas y hacer números, decidimos contratar un tour en avioneta para por fin ver la tan afamada Costa de Napali y el Cañón de Waimea desde el aire. A diferencia de lo que pensará mucha gente, el tour en avioneta no resultaba demasiado caro (el vuelo de 1 hora a lo largo de la isla, nos costó 98$ por persona) y las vistas merecieron la pena con creces el esfuerzo realizado. La costa de Napali es totalmente majestuosa. Nuestra piloto nos explicó los aspectos más interesantes de cada rincón de la isla, y nos contó que todo Kauai había sido la localización principal de grabación de la película Jurassic Park en el año 1993 así como sus posteriores secuelas. Durante el vuelo pudimos ver la cascada principal de la película y el acceso que Steven Spielberg seleccionó para la llegada de sus protagonistas a Isla Nublar.
Tras este emocionante día, ya poco nos quedaba que hacer en la isla. Así que, como no, nos fuimos a la playa en la que estábamos acampados para descansar lo que quedaba de tarde, cenar y marcharnos a dormir pronto, porque al día siguiente nuestro avión para Big Island salía a primera hora de la mañana.
Big island: hawaii
DÍA 8:
Nos bajamos del avión en Big Island y nos dió una inmensa alegría ver que no había gallos rondando la zona. ¡Por fin ibamos a poder dormir tranquilos! Además al encender nuestros móviles, tampoco teníamos nada de cobertura, así que ahora teníamos que desconectar totalmente de la realidad y olvidarnos de todo, cosa que de vez en cuando tampoco está nada mal.
Cuando planificamos el viaje, una de las razones principales que nos motivó a hacerlo fue saber de la existencia de un volcán activo en la isla. Habíamos estado documentándonos para ver el brillo de un flujo de lava activo, y sabíamos que teníamos muchas posibilidades. Sin embargo, tampoco teníamos muy claro hasta que punto nos podríamos acercar y si se podría ver la lava en movimiento. Por suerte, el gobierno de Hawaii mantiene actualizada diariamente una página web en la que se muestra el estado del volcán y del flujo de lava, así como instrucciones de seguridad para su visualización, fotos, mapas, etc. La podéis ver en el siguiente enlace:
Nos bajamos del avión en Big Island y nos dió una inmensa alegría ver que no había gallos rondando la zona. ¡Por fin ibamos a poder dormir tranquilos! Además al encender nuestros móviles, tampoco teníamos nada de cobertura, así que ahora teníamos que desconectar totalmente de la realidad y olvidarnos de todo, cosa que de vez en cuando tampoco está nada mal.
Cuando planificamos el viaje, una de las razones principales que nos motivó a hacerlo fue saber de la existencia de un volcán activo en la isla. Habíamos estado documentándonos para ver el brillo de un flujo de lava activo, y sabíamos que teníamos muchas posibilidades. Sin embargo, tampoco teníamos muy claro hasta que punto nos podríamos acercar y si se podría ver la lava en movimiento. Por suerte, el gobierno de Hawaii mantiene actualizada diariamente una página web en la que se muestra el estado del volcán y del flujo de lava, así como instrucciones de seguridad para su visualización, fotos, mapas, etc. La podéis ver en el siguiente enlace:
En esta isla, también habíamos reservado un coche de alquiler para los siete días que estaríamos allí, así que nada más cogerlo nos encaminamos directamente hacia el parque Nacional de los Volcanes.
Para conocer toda la zona bien, habíamos reservado un hotel en el municipio de Volcano Village, así que como nos pillaba de paso, aprovechamos para dejar las maletas en la habitación y darnos una ducha.
Para conocer toda la zona bien, habíamos reservado un hotel en el municipio de Volcano Village, así que como nos pillaba de paso, aprovechamos para dejar las maletas en la habitación y darnos una ducha.
En cuanto entramos al parque, lo primero que hicimos fue buscar la estación de los rangers para que nos informaran del estado actual del volcán y de las zonas en las que era seguro observar la lava. Además, también nos informaron de diferentes rutas a pie que podíamos hacer para conocer en profundidad el parque y todos sus cráteres.
Nosotros sabíamos que el flujo de lava actual estaba a punto de alcanzar el pequeño municipio de Pahoa, pero los rangers nos informaron de que no se podía ver el avance de la lava desde ningún punto público pues actualmente se encontraba dentro de un bosque propiedad privada, a escasos 500 metros del pueblo. Nos indicaron que el flujo de lava había llegado a la Transfer Station hacía algo menos de 15 días y que ahora existía otro flujo nuevo que se dirigía al Market Place, pero que resultaba imposible acceder a la zona en la que se encontraba la lava. Sin embargo, nos indicaron que desde el Jaggar Museum, situado dentro del parque, se podía ver la magnitud del cráter, así como el resplandor de la lava en su interior si acudíamos de noche.
Una vez bien informados , lo primero que hicimos fue acudir al Jaggar Museum para ver el volcán en todo su esplendor y aprender algo más sobre el estudio de estos fenómenos terrestres. Durante el día, sólo se puede ver el humo del cráter, así que empezamos a recorrer el parque con el coche para conocerlo todo antes de decidir qué ruta hacíamos al día siguiente.
Nosotros sabíamos que el flujo de lava actual estaba a punto de alcanzar el pequeño municipio de Pahoa, pero los rangers nos informaron de que no se podía ver el avance de la lava desde ningún punto público pues actualmente se encontraba dentro de un bosque propiedad privada, a escasos 500 metros del pueblo. Nos indicaron que el flujo de lava había llegado a la Transfer Station hacía algo menos de 15 días y que ahora existía otro flujo nuevo que se dirigía al Market Place, pero que resultaba imposible acceder a la zona en la que se encontraba la lava. Sin embargo, nos indicaron que desde el Jaggar Museum, situado dentro del parque, se podía ver la magnitud del cráter, así como el resplandor de la lava en su interior si acudíamos de noche.
Una vez bien informados , lo primero que hicimos fue acudir al Jaggar Museum para ver el volcán en todo su esplendor y aprender algo más sobre el estudio de estos fenómenos terrestres. Durante el día, sólo se puede ver el humo del cráter, así que empezamos a recorrer el parque con el coche para conocerlo todo antes de decidir qué ruta hacíamos al día siguiente.
En cuanto se hizo de noche volvimos al Jaggar Museum a ver el brillo de la lava en el interior del cráter del volcán tal como nos habían informado por la mañana. Si te mantienes en silencio y no hay demasiado ruido, incluso se puede escuchar la lava burbujeando dentro del volcán. Algo absolutamente sobrecogedor.
DÍA 9:
Para el día de hoy, nos habíamos decantado por hacer un par de rutas por el parque. En primer lugar visitaríamos el Thurston Lava Tube y después queríamos hacer la ruta circular Crater Rim Drive para adentrarnos todo lo que pudiéramos en la zona arrasada por la lava.
Nada más aparcar el coche para dirigirnos al tubo de lava, nos dimos cuenta de que estábamos inmersos en una gigantesca jungla con todo tipo de vegetación a nuestro alrededor.
Para el día de hoy, nos habíamos decantado por hacer un par de rutas por el parque. En primer lugar visitaríamos el Thurston Lava Tube y después queríamos hacer la ruta circular Crater Rim Drive para adentrarnos todo lo que pudiéramos en la zona arrasada por la lava.
Nada más aparcar el coche para dirigirnos al tubo de lava, nos dimos cuenta de que estábamos inmersos en una gigantesca jungla con todo tipo de vegetación a nuestro alrededor.
La ruta hacia el tubo de lava es muy corta, pero discurre a través de una increíble jungla. Ahora bien, una vez dentro del tubo, nos sentimos como Julio Verne imaginando sus aventuras en "Viaje al centro de la Tierra".
Después del tubo, iniciamos la caminata de Crater Rim Drive y por error la empezamos en sentido contrario. Habíamos aparcado el coche en el parking del tubo de lava en vez del parking de Crater Rim Drive y decidimos empezarla desde allí pues es una ruta circular que acaba en el mismo sitio. La bajada al cráter es muy dura, pero más tarde nos dimos cuenta de que si hubieramos hecho la ruta en el sentido que marcaba el mapa, esa bajada habría sido nuestra subida de vuelta, así que fue mucho mejor. Consejo para las personas que quieran hacer esta ruta: repetir nuestro "error" e iniciar la ruta hacia la izquierda en vez de hacia la derecha desde el parking del Lava Tube, así la ruta será mucho más asequible.
Ya nos había pasado más veces a lo largo de este viaje el ver algo y quedarnos sin palabras, pero cuando nos encontrámos dentro del cráter del volcán paseando, no sabíamos casi ni qué decir. Además de andar por encima de lava solidificada, se pueden ver varias fumarolas que desprenden vapor de agua directamente desde el interior de la tierra. Igual que la noche anterior cuando vimos el resplandor de la lava, la sensación fue totalmente sobrecogedora.
Después del tubo, iniciamos la caminata de Crater Rim Drive y por error la empezamos en sentido contrario. Habíamos aparcado el coche en el parking del tubo de lava en vez del parking de Crater Rim Drive y decidimos empezarla desde allí pues es una ruta circular que acaba en el mismo sitio. La bajada al cráter es muy dura, pero más tarde nos dimos cuenta de que si hubieramos hecho la ruta en el sentido que marcaba el mapa, esa bajada habría sido nuestra subida de vuelta, así que fue mucho mejor. Consejo para las personas que quieran hacer esta ruta: repetir nuestro "error" e iniciar la ruta hacia la izquierda en vez de hacia la derecha desde el parking del Lava Tube, así la ruta será mucho más asequible.
Ya nos había pasado más veces a lo largo de este viaje el ver algo y quedarnos sin palabras, pero cuando nos encontrámos dentro del cráter del volcán paseando, no sabíamos casi ni qué decir. Además de andar por encima de lava solidificada, se pueden ver varias fumarolas que desprenden vapor de agua directamente desde el interior de la tierra. Igual que la noche anterior cuando vimos el resplandor de la lava, la sensación fue totalmente sobrecogedora.
No nos podíamos marchar de la zona sin ver el estado en el que se encontraba el municipio de Pahoa, así que después de la ruta, nos marchamos para allí.
El pueblo es precioso, aunque no sabemos si durará mucho tiempo en pie ...
Como el ranger nos había indicado que la lava ya había llegado a la Transfer Station, nos dirigimos hacia allí. Nada más llegar, encontramos un mapa en el que se veía claramente el pueblo y el estado actual del flujo de lava marcado en rojo. El primer flujo que había arrasado la Transfer Station se había detenido, sin embargo, un segundo flujo se encontraba activo avanzando en dirección hacia el Market Place.
El pueblo es precioso, aunque no sabemos si durará mucho tiempo en pie ...
Como el ranger nos había indicado que la lava ya había llegado a la Transfer Station, nos dirigimos hacia allí. Nada más llegar, encontramos un mapa en el que se veía claramente el pueblo y el estado actual del flujo de lava marcado en rojo. El primer flujo que había arrasado la Transfer Station se había detenido, sin embargo, un segundo flujo se encontraba activo avanzando en dirección hacia el Market Place.
Conforme nos acercábamos a la zona, empezamos a ver todos los postes de electricidad con una inmensa protección frente al fuego de varias capas de aislante y fue entonces cuando supimos que nos encontrábamos en el sitio correcto.
La lava cortaba totalmente la carretera, así que llegamos a un punto en el que era imposible avanzar. Se había destruido el acceso a la Transfer Station y alguna casa de los alrededores también había quedado destruida.
Por desgracia, la lava ya se había solidificado y no se podía ver su resplandor.
La lava cortaba totalmente la carretera, así que llegamos a un punto en el que era imposible avanzar. Se había destruido el acceso a la Transfer Station y alguna casa de los alrededores también había quedado destruida.
Por desgracia, la lava ya se había solidificado y no se podía ver su resplandor.
Después fuimos a ver el Market Place, una zona de tiendas que prácticamente se encontraba vacía debido a la proximidad de la lava. Los militares guardaban la zona ya que, no demasiado lejos, se podía ver el humo generado por el avance de la lava a través del bosque. El primer edificio en peligro era un supermercado, que ya se encontraba totalmente vacío, sin embargo, nos llamó la atención que todavía se mantuviera una tienda de recuerdos atestada de trabajos de artesanía y recuerdos locales. Su propietaria nos indicó que no estaba preocupada por el avance de la lava pues podía vaciar la totalidad de la tienda en menos de 24 horas y ... ¡todavía le faltaban 500 metrazos a la lava para llegar!
Tras un día de emociones, nos fuimos a la cama con la sensación de haber vivido uno de los días más intensos de nuestro viaje.
Tras un día de emociones, nos fuimos a la cama con la sensación de haber vivido uno de los días más intensos de nuestro viaje.
DÍA 10:
Nuestro décimo día, era la noche de Nochevieja, por lo que teníamos que avanzar por el sur de la isla en dirección a nuestro nuevo hotel. Durante la preparación de nuestro viaje, habíamos encontrado en internet que la playa de Punalu'u Black Beach también tenía muchas tortugas marinas, así que nos fuimos para allí con la intención de bucear. Cuando llegamos, se había nublado y estaba empezando a llover, por lo que transformamos el buceo en un simple paseo por la playa en busca de nuestras amigas las tortugas. Después de un rato, tuvimos la maravillosa suerte de ver salir del agua a una de ellas para descansar un poco en la arena.
Nuestro décimo día, era la noche de Nochevieja, por lo que teníamos que avanzar por el sur de la isla en dirección a nuestro nuevo hotel. Durante la preparación de nuestro viaje, habíamos encontrado en internet que la playa de Punalu'u Black Beach también tenía muchas tortugas marinas, así que nos fuimos para allí con la intención de bucear. Cuando llegamos, se había nublado y estaba empezando a llover, por lo que transformamos el buceo en un simple paseo por la playa en busca de nuestras amigas las tortugas. Después de un rato, tuvimos la maravillosa suerte de ver salir del agua a una de ellas para descansar un poco en la arena.
Para nuestra cena de Nochevieja, también habíamos reservado algo especial en el hotel Sheraton de Kona, pero debido al cambio horario, primero se iba a celebrar Nochevieja en España y nos apetecía celebrarlo también. Compramos unas uvas, unos pocos bombones y un Mai Thai para brindar y cuando apenas quedaban unos minutos para las campanadas de la Puerta del Sol, Laura consiguió encontrar un punto de cobertura con su móvil, por lo que paramos el coche ahí mismo y llamamos a casa para que nos las retrasmitieran en directo. Debido a la falta de cobertura, practicamente no podíamos oir nada, así que ya empezamos riéndonos. Luego resultó que las uvas eran gigantescas y cuando nos habíamos comido 9 o 10 empezamos a atragantarnos, a reirnos ... una uva salió disparada de la boca de David ... y .... ¡Feliz año nuevooooo!
Fue un poco extraño celebrar las campanadas en manga corta y a la 1 del mediodía (para nosotros), y los bombones derretidos del calor, pero la verdad es que fue muy divertido.
Después de nuestra aventurilla con las campanadas, nos fuimos al hotel Sheraton de Kona, donde disfrutamos de una maravillosa tarde de Nochevieja a 25ºC jugando al billar, al ping-pong y al baloncesto mientras veíamos la última puesta de sol del año. La cena también fue tipo buffet con comida local, como la que habíamos tenido en Nochebuena y después de la cena, disfrutamos de la fiesta que habían organizado al borde de la playa con bailarines con antorchas y música en directo.
La tradición de celebrar las campanadas es solamente española. En todo Estados Unidos se hace una cuenta atrás los últimos diez segundos del año, por lo que esta vez, celebrariamos la entrada del año nuevo (por segunda vez en el día) contando hacia atrás.
Fue un poco extraño celebrar las campanadas en manga corta y a la 1 del mediodía (para nosotros), y los bombones derretidos del calor, pero la verdad es que fue muy divertido.
Después de nuestra aventurilla con las campanadas, nos fuimos al hotel Sheraton de Kona, donde disfrutamos de una maravillosa tarde de Nochevieja a 25ºC jugando al billar, al ping-pong y al baloncesto mientras veíamos la última puesta de sol del año. La cena también fue tipo buffet con comida local, como la que habíamos tenido en Nochebuena y después de la cena, disfrutamos de la fiesta que habían organizado al borde de la playa con bailarines con antorchas y música en directo.
La tradición de celebrar las campanadas es solamente española. En todo Estados Unidos se hace una cuenta atrás los últimos diez segundos del año, por lo que esta vez, celebrariamos la entrada del año nuevo (por segunda vez en el día) contando hacia atrás.
10 , 9 , 8 , 7 , 6 , 5 , 4 , 3 , 2 , 1 ... ¡Happy New Year!
Se puede decir que las fiestas americanas no son como las fiestas españolas, así que a la 1:30 de la mañana se acabó la fiesta y todo el mundo se fue a dormir. Por nuestra parte, casi hasta nos vino bien para poder continuar con los planes que teníamos para el día siguiente sin demasiado cansancio.
DÍA 11:
Otro de los datos interesantes que habíamos encontrado durante nuestra investigación sobre Hawaii en internet fue la visita obligada a la playa de Honaunau. Habíamos leído que era el mejor sitio de las islas para nadar con delfines y tortugas, además de tener una magnífica barrera de coral con una increíble vida submarina. Por lo tanto, no nos lo pensamos dos veces y nos fuimos para allí a primera hora de la mañana ya que habíamos leido que luego hay mucha gente y los delfines suelen marcharse.
Llegamos sobre las 9 de la mañana y aquello estaba lleno de buceadores, profesionales y aficionados, niños y ancianos, toda clase de gente preparándose para sumergirse. Sin embargo alguien nos dijo que los delfines se habían marchado el día anterior y no habían vuelto, así que nos llevamos una pequeña decepción. Aún así, estaba claro que teníamos que bucear allí.
Mientras nos preparábamos, una anciana, ataviada con traje de neopreno y bombona, nos preguntó si habíamos buceado allí alguna vez y nosotros le dijimos que esa era la primera vez, a lo que ella respondió "pues no sabéis aún lo que os espera ahí abajo".
Y no le faltaba nada de razón.
En cuanto metimos la cabeza en el agua nos quedamos totalmente asombrados del bosque de coral que teníamos delante de nuestros ojos. Inmensos bancos de peces de colores nadaban a sus anchas alrededor nuestro. Oimos a gente decir que había tortugas por allí o por aquí, pero el caso es que nosotros no conseguimos ver ninguna que estuviera nadando, quizás porque nuestro equipo de buceo era bastante rudimentario y carecíamos de aletas o neopreno, lo que nos obligaba a mantenernos todo el tiempo cerca de la orilla.
A pesar de la decepción de no poder ver delfines ni tortugas, el buceo allí fue uno de los sitios más increíbles en los que jamás hayamos buceado. Ahora no nos quedará más remedio que volver aquí en un futuro viaje para ver si tenemos más suerte.
DÍA 11:
Otro de los datos interesantes que habíamos encontrado durante nuestra investigación sobre Hawaii en internet fue la visita obligada a la playa de Honaunau. Habíamos leído que era el mejor sitio de las islas para nadar con delfines y tortugas, además de tener una magnífica barrera de coral con una increíble vida submarina. Por lo tanto, no nos lo pensamos dos veces y nos fuimos para allí a primera hora de la mañana ya que habíamos leido que luego hay mucha gente y los delfines suelen marcharse.
Llegamos sobre las 9 de la mañana y aquello estaba lleno de buceadores, profesionales y aficionados, niños y ancianos, toda clase de gente preparándose para sumergirse. Sin embargo alguien nos dijo que los delfines se habían marchado el día anterior y no habían vuelto, así que nos llevamos una pequeña decepción. Aún así, estaba claro que teníamos que bucear allí.
Mientras nos preparábamos, una anciana, ataviada con traje de neopreno y bombona, nos preguntó si habíamos buceado allí alguna vez y nosotros le dijimos que esa era la primera vez, a lo que ella respondió "pues no sabéis aún lo que os espera ahí abajo".
Y no le faltaba nada de razón.
En cuanto metimos la cabeza en el agua nos quedamos totalmente asombrados del bosque de coral que teníamos delante de nuestros ojos. Inmensos bancos de peces de colores nadaban a sus anchas alrededor nuestro. Oimos a gente decir que había tortugas por allí o por aquí, pero el caso es que nosotros no conseguimos ver ninguna que estuviera nadando, quizás porque nuestro equipo de buceo era bastante rudimentario y carecíamos de aletas o neopreno, lo que nos obligaba a mantenernos todo el tiempo cerca de la orilla.
A pesar de la decepción de no poder ver delfines ni tortugas, el buceo allí fue uno de los sitios más increíbles en los que jamás hayamos buceado. Ahora no nos quedará más remedio que volver aquí en un futuro viaje para ver si tenemos más suerte.
Tras un buen rato de buceo, exhaustos, nos salimos del agua a descansar un poco antes de continuar nuestro viaje por la isla. Después, pusimos rumbo a Kona para visitar la segunda ciudad más importante de Big Island y la verdad es que nos pareció preciosa.
No sabemos muy bien el por qué, pero el agua en esta zona es especialmente cristalina, lo que hace que se puedan ver peces maravillosos sin necesidad si quiera de bucear, por lo que a la vez que se da un paseo se puede disfrutar de la increíble vida submarina.
Por desgracia, parecía que se estaba nublando, así que hicimos unas cuantas compras y continuamos el camino en coche por la isla en dirección a Waimea para acabar nuestro recorrido en Honokaa, ya que teníamos la zona de acampada por allí.
De camino aprovechamos también para ver el majestuoso volcán Mauna Kea, creador de todo el archipiélago de Hawaii y al que no podríamos subir debido a la nieve. Aunque parezca mentira, en este volcán es el único sitio de la isla en el que hace frío de verdad y es que su cima se encuentra a más de 4.000 metros de altura, lo que lo convierte en el volcán más alto del mundo. Resulta muy gracioso estar tumbado en cualquier playa de la zona a 25ºC viendo la cumbre del volcán totalmente nevada. También habíamos leído que en la cima existe un obsertario meteorológico digno de visitar, pero como resultaba totalmente imposible acceder, nos quedamos con las ganas.
No sabemos muy bien el por qué, pero el agua en esta zona es especialmente cristalina, lo que hace que se puedan ver peces maravillosos sin necesidad si quiera de bucear, por lo que a la vez que se da un paseo se puede disfrutar de la increíble vida submarina.
Por desgracia, parecía que se estaba nublando, así que hicimos unas cuantas compras y continuamos el camino en coche por la isla en dirección a Waimea para acabar nuestro recorrido en Honokaa, ya que teníamos la zona de acampada por allí.
De camino aprovechamos también para ver el majestuoso volcán Mauna Kea, creador de todo el archipiélago de Hawaii y al que no podríamos subir debido a la nieve. Aunque parezca mentira, en este volcán es el único sitio de la isla en el que hace frío de verdad y es que su cima se encuentra a más de 4.000 metros de altura, lo que lo convierte en el volcán más alto del mundo. Resulta muy gracioso estar tumbado en cualquier playa de la zona a 25ºC viendo la cumbre del volcán totalmente nevada. También habíamos leído que en la cima existe un obsertario meteorológico digno de visitar, pero como resultaba totalmente imposible acceder, nos quedamos con las ganas.
Efectivamente no tardó mucho tiempo en ponerse a llover, pero por suerte nos pilló conduciendo, así que no hubo mucho de qué preocuparse. Eso sí, en cuanto paró de llover, pudimos deleitarnos con un maravilloso arcoiris que mejoraba, si es posible, cualquier paisaje de la isla.
Al final llegamos al pequeño pueblo de Honokaa por donde dimos una vuelta y estuvimos planeando nuestra siguiente visita por el Waipio Valley.
Esa noche, habíamos pedido permiso para acampar en el Kalopa State Park, imaginándonos que sería otra playa como las muchas en las que habíamos estado. Aquí os dejamos el enlace con las zonas de acampada de Big Island:
Esa noche, habíamos pedido permiso para acampar en el Kalopa State Park, imaginándonos que sería otra playa como las muchas en las que habíamos estado. Aquí os dejamos el enlace con las zonas de acampada de Big Island:
Cuando llegamos a la zona de acampada vimos que, a diferencia de lo que pensábamos, se encontraba en medio de una selva, así que pensamos que sería otro sitio diferente donde dormir durante nuestro viaje.
Y así fue la primera noche ...
Como tampoco había mucha luz en casi ningún sitio, en cuanto se hizo de noche poco nos quedaba que hacer, por lo que montamos la tienda y nos fuimos a dormir sobre las 8 de la tarde.
Y así fue la primera noche ...
Como tampoco había mucha luz en casi ningún sitio, en cuanto se hizo de noche poco nos quedaba que hacer, por lo que montamos la tienda y nos fuimos a dormir sobre las 8 de la tarde.
DÍA 12:
Al día siguiente nos levantamos cargados de energía después de haber dormido casi 11 horas, nos fuimos a desayunar unos huevos fritos con beicon y tortitas y emprendimos camino hacia el Waipio Valley.
Cuando llegamos al parking vimos una señal que indicaba que para bajar al valle y a la playa sólo podían continuar vehículos con tracción 4 ruedas debido a la fuerte pendiente de la carretera, así que aparcamos el coche allí mismo y empezamos a caminar. La bajada es de 1,2 millas (aproximadamente 2 kilómetros), pero tiene una pendiente que oscila entre el 15 y el 20% en algún tramo, lo que la hace especialmente difícil y hace que todo el mundo llegue abajo destrozado de cansancio. Y el problema no es la bajada, si no la subida que nos esperaba después ... pero bueno, eso ya vendrá más adelante.
Una vez abajo te puedes dirigir hacia la izquierda para ver el valle o hacia la derecha para llegar a la playa. Como nosotros teníamos tiempo, decidimos hacer las dos cosas.
El camino que va hacia la izquierda te lleva a ver una zona de cascadas que es realmente espectacular. Sin embargo, había algún problema que no entendimos bien con los permisos del camino y no pudimos llegar hasta la base de las cascadas. Por contra, los paisajes de los que pudimos disfrutar en este recorrido fueron también espectaculares, algo a lo que ya nos habíamos acostumbrado en nuestro viaje.
Visitado el valle, nos volvimos de camino a la playa por el sendero que va hacia la derecha. En esta parte del recorrido, tampoco se puede decir que se queden atrás los paisajes espectaculares, ya que hay varias cascadas que caen directamente al mar y la playa nos resultó encantadora.
Como en todas las playas que habíamos visitado, también había varios surfers jugando con las olas, niños riendo y gente haciendo barbacoas por lo que se nos pasó la mañana casi sin darnos cuenta. Nuestras mentes ya estaban pensando en la subida que les esperaba en muy poco tiempo ...
Después de disfrutar un rato del entorno, nos volvimos hacia la carretera casi temblando por lo que nos esperaba a continuación. Por suerte, habíamos leído en internet las experiencias de otros viajeros que contaban lo mismo sobre esta subida y fueron ellos los que nos aportaron la solución: hacer dedo para subir. Efectivamente, no tuvimos que esperar ni 5 minutos y apareció una camioneta que nos dijo que nos podíamos subir en la parte trasera. Sin embargo, debido a la fuerte pendiente, la camioneta no tenía la fuerza suficiente para iniciar el primer tramo y tuvimos que bajarnos. Dos minutos más tarde apareció el Jeep de otros turista y tampoco tuvieron ningún problema en recogernos. Esta vez sí que pudimos llegar hasta arriba con tan solo hacer el esfuerzo de hablar en inglés un rato, cosa que nos encanta. En nuestro recorrido por la carretera infernal vimos a muchos turistas subiendo andando que casi se les salían los pulmones por la boca ... ¿pero no se la ha ocurrido a nadie hacer dedo?
Al día siguiente nos levantamos cargados de energía después de haber dormido casi 11 horas, nos fuimos a desayunar unos huevos fritos con beicon y tortitas y emprendimos camino hacia el Waipio Valley.
Cuando llegamos al parking vimos una señal que indicaba que para bajar al valle y a la playa sólo podían continuar vehículos con tracción 4 ruedas debido a la fuerte pendiente de la carretera, así que aparcamos el coche allí mismo y empezamos a caminar. La bajada es de 1,2 millas (aproximadamente 2 kilómetros), pero tiene una pendiente que oscila entre el 15 y el 20% en algún tramo, lo que la hace especialmente difícil y hace que todo el mundo llegue abajo destrozado de cansancio. Y el problema no es la bajada, si no la subida que nos esperaba después ... pero bueno, eso ya vendrá más adelante.
Una vez abajo te puedes dirigir hacia la izquierda para ver el valle o hacia la derecha para llegar a la playa. Como nosotros teníamos tiempo, decidimos hacer las dos cosas.
El camino que va hacia la izquierda te lleva a ver una zona de cascadas que es realmente espectacular. Sin embargo, había algún problema que no entendimos bien con los permisos del camino y no pudimos llegar hasta la base de las cascadas. Por contra, los paisajes de los que pudimos disfrutar en este recorrido fueron también espectaculares, algo a lo que ya nos habíamos acostumbrado en nuestro viaje.
Visitado el valle, nos volvimos de camino a la playa por el sendero que va hacia la derecha. En esta parte del recorrido, tampoco se puede decir que se queden atrás los paisajes espectaculares, ya que hay varias cascadas que caen directamente al mar y la playa nos resultó encantadora.
Como en todas las playas que habíamos visitado, también había varios surfers jugando con las olas, niños riendo y gente haciendo barbacoas por lo que se nos pasó la mañana casi sin darnos cuenta. Nuestras mentes ya estaban pensando en la subida que les esperaba en muy poco tiempo ...
Después de disfrutar un rato del entorno, nos volvimos hacia la carretera casi temblando por lo que nos esperaba a continuación. Por suerte, habíamos leído en internet las experiencias de otros viajeros que contaban lo mismo sobre esta subida y fueron ellos los que nos aportaron la solución: hacer dedo para subir. Efectivamente, no tuvimos que esperar ni 5 minutos y apareció una camioneta que nos dijo que nos podíamos subir en la parte trasera. Sin embargo, debido a la fuerte pendiente, la camioneta no tenía la fuerza suficiente para iniciar el primer tramo y tuvimos que bajarnos. Dos minutos más tarde apareció el Jeep de otros turista y tampoco tuvieron ningún problema en recogernos. Esta vez sí que pudimos llegar hasta arriba con tan solo hacer el esfuerzo de hablar en inglés un rato, cosa que nos encanta. En nuestro recorrido por la carretera infernal vimos a muchos turistas subiendo andando que casi se les salían los pulmones por la boca ... ¿pero no se la ha ocurrido a nadie hacer dedo?
Comimos algo y se empezó a levantar mucho viento, por lo que nos fuimos de paseo al primer sitio que encontramos, que resultó ser la playa de Laupahoehoe. En cuanto nos bajamos del coche, David casi se vuelve loco por el paisaje que tenía delante: las playas con rocas y el mar agitado son el paraíso de los fotógrafos, y en este caso, la escena con las luces de la tarde y el cielo de tormenta no podía ser mejor. Estuvimos un buen rato sacando fotos de todos los rincones y David cada vez estaba más emocionado por las capturas que estaba consiguiendo.
Cuando ya nos habían salpicado las olas lo suficiente y la cámara estaba que echaba fuego, decidimos volver a la zona de acampada de Kalopa para pasar la segunda noche.
Cuando ya nos habían salpicado las olas lo suficiente y la cámara estaba que echaba fuego, decidimos volver a la zona de acampada de Kalopa para pasar la segunda noche.
Cenamos y nos metimos a la cama pronto como la noche anterior.
Sin embargo, sobre las dos de la mañana, nos despertamos sobresaltados porque había empezado a llover muy fuerte y a hacer mucho viento. La tienda debía aguantar la lluvia perfectamente, así que tampoco nos preocupamos y tratamos de seguir durmiendo. En cambio, el viento cada vez era más fuerte y la lluvia más intensa. Escuchábamos ramas de árboles crujir y el sonido del viento entre los árboles cada vez nos asustaba más. Oimos que las personas que había en la tienda de al lado se marcharon al coche pero nosotros nos quedamos para intentar dormir algo. A las 5 de la mañana, oímos un árbol caer cerca de nosotros, y el crujir de los árboles debido al viento se nos estaba haciendo muy problemático, así que a pesar de la lluvia, cogimos los sacos de dormir y nos fuimos corriendo al coche. Las personas de una tercera tienda que había a nuestro lado decidieron desmontar la tienda corriendo y marcharse de allí lo antes posible. Mala decisión ...
Sin embargo, sobre las dos de la mañana, nos despertamos sobresaltados porque había empezado a llover muy fuerte y a hacer mucho viento. La tienda debía aguantar la lluvia perfectamente, así que tampoco nos preocupamos y tratamos de seguir durmiendo. En cambio, el viento cada vez era más fuerte y la lluvia más intensa. Escuchábamos ramas de árboles crujir y el sonido del viento entre los árboles cada vez nos asustaba más. Oimos que las personas que había en la tienda de al lado se marcharon al coche pero nosotros nos quedamos para intentar dormir algo. A las 5 de la mañana, oímos un árbol caer cerca de nosotros, y el crujir de los árboles debido al viento se nos estaba haciendo muy problemático, así que a pesar de la lluvia, cogimos los sacos de dormir y nos fuimos corriendo al coche. Las personas de una tercera tienda que había a nuestro lado decidieron desmontar la tienda corriendo y marcharse de allí lo antes posible. Mala decisión ...
DÍA 13:
Cuando se hizo de día, abrimos los ojos dentro del coche y vimos que todo estaba totalmente cubierto de hojas y ramas que se habían caído de los árboles, pero parecía que el tiempo se había calmado un poco. Nuestros vecinos que se habían ido a dormir al coche los primeros nos dijeron que una rama había caído sobre su tienda y se habían asustado y por eso corrieron al coche.
Mientras tratábamos de recomponernos un poco de la mala noche, apareció el Ranger y nos dijo que se habían caido dos grandes árboles en la carretera de acceso y que no podríamos salir de allí en un tiempo.
Decidimos caminar un poco para ver lo que había pasado y una señora nos contó que vió un coche salir de la zona de acampada a las 5 de la mañana y escasos segundos después un árbol cayó en la carretera cortándoles el paso. Cuando intentaron dar marcha atrás para salir, un segundo árbol se cayó en la carretera dejándoles totalmente bloqueados. Por eso fue una mala decisión marcharse de allí.
Además, los árboles se habían caído sobre el tendido eléctrico, dejándo sin electricidad a varios pueblos de la zona, lo que dificultaba con creces la limpieza de la carretera. Una mujer que vivía junto al camping nos indicó que el viento de esa noche había venido en la dirección erronea, lo que lo hacía muy peligroso, y que la tormenta había sido peor que cuando tuvieron un tsunami dos meses antes ¡¡Tsunami!! Sus palabras a nosostros nos sonaron escalofriantes.
Cuando se hizo de día, abrimos los ojos dentro del coche y vimos que todo estaba totalmente cubierto de hojas y ramas que se habían caído de los árboles, pero parecía que el tiempo se había calmado un poco. Nuestros vecinos que se habían ido a dormir al coche los primeros nos dijeron que una rama había caído sobre su tienda y se habían asustado y por eso corrieron al coche.
Mientras tratábamos de recomponernos un poco de la mala noche, apareció el Ranger y nos dijo que se habían caido dos grandes árboles en la carretera de acceso y que no podríamos salir de allí en un tiempo.
Decidimos caminar un poco para ver lo que había pasado y una señora nos contó que vió un coche salir de la zona de acampada a las 5 de la mañana y escasos segundos después un árbol cayó en la carretera cortándoles el paso. Cuando intentaron dar marcha atrás para salir, un segundo árbol se cayó en la carretera dejándoles totalmente bloqueados. Por eso fue una mala decisión marcharse de allí.
Además, los árboles se habían caído sobre el tendido eléctrico, dejándo sin electricidad a varios pueblos de la zona, lo que dificultaba con creces la limpieza de la carretera. Una mujer que vivía junto al camping nos indicó que el viento de esa noche había venido en la dirección erronea, lo que lo hacía muy peligroso, y que la tormenta había sido peor que cuando tuvieron un tsunami dos meses antes ¡¡Tsunami!! Sus palabras a nosostros nos sonaron escalofriantes.
No nos quedó más remedio que tomarnoslo con tranquilidad y esperar a que todo estuviera despejado. Aprovechamos para compartir un agradable momento con la familia que se había quedado en la zona de acampada atascada también. Resultaron ser canadienses y acabamos pasando un buen rato hablando de sus costumbres y de las nuestras, de la comida típica y las cosas típicas de cada país.
Aproximadamente a las 12 de la mañana, el ranger volvió a la zona de acampada a indicarnos que ya se había restablecido el tráfico por lo que podíamos salir de allí. Nos recomendó que no pasaramos otra noche allí, pues existía el riesgo de que nos cayera un árbol encima. Desde luego, no tardamos ni 5 minutos en marcharnos.
Después de la aventura de por la noche, teníamos claro que si veiamos algo de viento, no nos ibamos a acercar a ninguna zona que tuviera árboles. Por suerte, el día se quedó en calma, parecía que no había pasado nada la noche anterior.
Así pusimos ruta hacia Hilo para acabar nuestro recorrido circular por la isla, ya que allí teníamos reservada un hostel para nuestra última noche de vacaciones. De camino, pasamos también por las Akaka Falls y las Rainbow Falls, ya que eran las visitas que teníamos planeadas para el día de hoy.
Aproximadamente a las 12 de la mañana, el ranger volvió a la zona de acampada a indicarnos que ya se había restablecido el tráfico por lo que podíamos salir de allí. Nos recomendó que no pasaramos otra noche allí, pues existía el riesgo de que nos cayera un árbol encima. Desde luego, no tardamos ni 5 minutos en marcharnos.
Después de la aventura de por la noche, teníamos claro que si veiamos algo de viento, no nos ibamos a acercar a ninguna zona que tuviera árboles. Por suerte, el día se quedó en calma, parecía que no había pasado nada la noche anterior.
Así pusimos ruta hacia Hilo para acabar nuestro recorrido circular por la isla, ya que allí teníamos reservada un hostel para nuestra última noche de vacaciones. De camino, pasamos también por las Akaka Falls y las Rainbow Falls, ya que eran las visitas que teníamos planeadas para el día de hoy.
Después de ver las cascadas y de dar un pequeño paseo por Hilo, llegamos al hostel a darnos una buena ducha y descansar, que falta nos hacía después de la noche que habíamos vivido.
DÍA 14:
Este era nuestro últio día de vacaciones. El viaje nos estaba encantando, pero parece que se nos había quedado un poco de mal sabor de boca por no haber conseguido bucear con tortugas marinas alrededor. Por eso, decidimos darle la última oportunidad: preguntamos al chico de la recepción del hostel cuál era el mejor sitio para ver tortugas en Hilo y hacia allí nos dirigimos. Por desgracia, no nos acordamos del nombre de la playa que nos dijo.
Se trataba de una playa de muy baja profundidad donde costaba mucho avanzar con las aletas y prácticamente teníamos que ir apoyándonos en el suelo. Además, fue el único sitio donde existían grandes corrientes de agua fría que hacía que se nos helara el cuerpo cada vez que tratábamos de avanzar dentro del agua. Eso sí, la vida subacuática que encontramos en la playa también fue increíble. Emocionados por los pececitos que estabamos viendo, David se dirigió a un gran grupo de peces de colores que estaban tranquilos y cuando se acercó algo más se llevó un pequeño susto cuando se encontró a una morena abriendo y cerrando la boca a tan solo 1 metro .... en ese momento fue cuando decidimos salir del agua, pero en cuanto sacamos la cabeza ... allí estaba una increíble tortuga descansando sobre las rocas.
DÍA 14:
Este era nuestro últio día de vacaciones. El viaje nos estaba encantando, pero parece que se nos había quedado un poco de mal sabor de boca por no haber conseguido bucear con tortugas marinas alrededor. Por eso, decidimos darle la última oportunidad: preguntamos al chico de la recepción del hostel cuál era el mejor sitio para ver tortugas en Hilo y hacia allí nos dirigimos. Por desgracia, no nos acordamos del nombre de la playa que nos dijo.
Se trataba de una playa de muy baja profundidad donde costaba mucho avanzar con las aletas y prácticamente teníamos que ir apoyándonos en el suelo. Además, fue el único sitio donde existían grandes corrientes de agua fría que hacía que se nos helara el cuerpo cada vez que tratábamos de avanzar dentro del agua. Eso sí, la vida subacuática que encontramos en la playa también fue increíble. Emocionados por los pececitos que estabamos viendo, David se dirigió a un gran grupo de peces de colores que estaban tranquilos y cuando se acercó algo más se llevó un pequeño susto cuando se encontró a una morena abriendo y cerrando la boca a tan solo 1 metro .... en ese momento fue cuando decidimos salir del agua, pero en cuanto sacamos la cabeza ... allí estaba una increíble tortuga descansando sobre las rocas.
Continuamos buceando un poco más y fue entonces cuando vimos varias sombras grandes en movimiento dentro del agua. ¡Allí estaban! ¡3 tortugas nadando alrededor nuestro! Por fin habíamos conseguido encontrarlas en su hábitat natural, así que nos hartamos a grabarlas en video y sacarles fotos. Fue una auténtica pasada.
Totalmente extasiados y congelados por las corrientes, salimos del agua y los dos chocámos las manos satisfechos por la grandísima experiencia que habíamos vivido. No sólo durante nuestro buceo, si no durante todo nuestro viaje.
Nos marchamos al hostel emocionados en el coche hablando de todas las cosas que habíamos encontrado en nuestro viaje. Nos dimos una ducha y nos cambiamos de ropa sabiendo que se acababa nuestro viaje por el archipiélago de Hawaii, por lo que con mucha pena nos dirigimos al aeropuerto para volver a Salt Lake City al día siguiente acordándonos de que:
¡TODO VIAJE TIENE QUE TERMINAR PARA PODER DISFRUTAR DE UNO NUEVO!
Nos marchamos al hostel emocionados en el coche hablando de todas las cosas que habíamos encontrado en nuestro viaje. Nos dimos una ducha y nos cambiamos de ropa sabiendo que se acababa nuestro viaje por el archipiélago de Hawaii, por lo que con mucha pena nos dirigimos al aeropuerto para volver a Salt Lake City al día siguiente acordándonos de que:
¡TODO VIAJE TIENE QUE TERMINAR PARA PODER DISFRUTAR DE UNO NUEVO!